Cada vez que salgo o paso por fuera del metro cumming, hay un señor de estilo hinduista, con sus ropas y una tranquilidad única en su cara, ofreciendo a cada persona que pasa sus productos (que presumo son de origen artesanal).
A pesar de pararse cada día en el mismo lugar, a la misma hora... nunca varía en sus productos y nos limita a los posibles compradores a sólo dos opciones para elegir: "trufas, cocadas".
Debo confesar que cada vez que lo oigo, me dan ganas de decirle:
"No señor, muchas gracias. Ya tengo mi Trufa esperándome en casa."
A pesar de pararse cada día en el mismo lugar, a la misma hora... nunca varía en sus productos y nos limita a los posibles compradores a sólo dos opciones para elegir: "trufas, cocadas".
Debo confesar que cada vez que lo oigo, me dan ganas de decirle:
"No señor, muchas gracias. Ya tengo mi Trufa esperándome en casa."
Me estas preocupando... no me hagas llorar
1 comentario:
Mujer. como sigue la Trufa, espero que este mejor.
Un abrazo para ambas querida.
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