A penas le conté a un amigo que te habías ido, comenzó su búsqueda para encontrarme un nuevo novio. Aún no puedo creer lo que me dijo ese día, luego de contarle melancólicamente la situación (al borde de las lágrimas) desahogándome con "todavía lo amo", "no entiendo nada" y "esto me dejó paralizada", se quedó callado, me miró y sabiamente dijo que mi mejor medicina era un nuevo novio, claro que previamente él se encargaría de hacer un casting entre sus amigos solteros para escoger el correcto para mi.
Otra amiga me criticó a mi (que raro!) siempre pensé que te odiaba y que sería la primera en culparte de todo, pero no fue así, me culpó por entregarme mucho, por hacer siempre todo, demasiado según su punto de vista. Me dijo que todos estos años me lo había dicho, pero que hice oídos sordos, será porque estaba enamorada?
Hay otros amigos, que escuchan, sólo escuchan, y me encanta, porque si bien necesitaba opiniones de como dirigir mi vida ahora (me cuesta enormemente tomar las riendas) también necesitaba desahogarme y poder asimilar la situación en silencio, pero acompañada, porque como también sabes, la soledad me mata.
Amigos que ni siquiera saben nada, pero que increíblemente por cosas del destino o de la vida, o de un ser supremo, simplemente han aparecido y nuevamente vuelven a subir a mi tren de la vida, justo en el momento en que este tren hizo una gran pausa en la estación donde tu decidiste bajar, en el momento que me asusté porque quedaba poca materia prima para volver a hacerlo andar. Es en ese momento que los amigos compran nuevamente su boleto, van a la cabina y me acompañan para encausar el viaje.
Me culpo, por haber dejado de lado mi gran palabra "amistad"... pero me encanta volver a creer, adoro que ellos me hagan volver a creer.
